Según detalla la investigación, la tasa actual de reciclaje de botellas de PET en Estados Unidos es de aproximadamente el 24% y se ha mantenido estancada durante una década. El estudio indica que, con un programa nacional de depósito de botellas, las tasas podrían aumentar al 82%. De esta forma, casi dos tercios de todas las botellas de PET se reciclarían para fabricar nuevas botellas a un coste neto de apenas un centavo por botella cuando la demanda sea sólida. Al mismo tiempo, dicen los investigadores, se necesitarían políticas para garantizar una demanda suficiente de material reciclado.

El equipo de expertos que han realizado el estudio está compuesto por la profesora de ciencia e ingeniería de materiales del MIT Elsa Olivetti, los estudiantes de posgrado Basuhi Ravi y Karan Bhuwalka, y el científico investigador Richard Roth.

Los autores descubrieron que los programas de depósito de botellas son muy eficaces en las zonas donde se aplican, pero que en la actualidad no se recogen suficientes botellas usadas para cumplir los objetivos fijados por la industria del envasado. Su análisis sugiere que una política de depósito de botellas uniforme a nivel nacional podría alcanzar los niveles de reciclaje que exigen las leyes propuestas y los compromisos corporativos.

El reciclaje de PET es un proceso de gran éxito en términos de calidad, ya que los nuevos productos fabricados con material totalmente reciclado prácticamente igualan las cualidades del material virgen. Y las marcas han demostrado que es posible fabricar nuevas botellas de forma segura con un 100% de residuos posconsumo. Pero el equipo descubrió que la recolección del material es un cuello de botella crucial que impide que las plantas de procesamiento satisfagan sus necesidades. “Si se hace el trabajo correcto para apoyar políticas que tengan en cuenta tanto la demanda como la oferta, entonces es posible lograr mejoras significativas”, señala Elsa Olivetti. “Para que sea viable, hay que pensar en la respuesta y el comportamiento de múltiples actores del sistema de manera holística”.

Las botellas recogidas mediante sistemas de depósito tienden a ser mucho más limpias y requieren menos procesamiento.

Por ejemplo, el estudio concluyó que es importante tener en cuenta las necesidades de las instalaciones de recuperación de residuos municipales. Si bien los programas ampliados de depósito de botellas son esenciales para aumentar las tasas de reciclaje y proporcionar materia prima a las empresas que reciclan PET para fabricar nuevos productos, las instalaciones actuales que procesan el material recolectado de los domicilios perderán ingresos provenientes de las botellas de PET, que son un producto de valor relativamente alto en comparación con los demás materiales del flujo de residuos reciclados. Estas empresas perderían una fuente de ingresos si las botellas se recolectaran a través de programas de depósito, y sólo les quedarían los plásticos mixtos de menor valor.

Las instalaciones de reciclaje existentes perder ingresos al establecer sistemas de retorno, por lo que habría que establecer medidas que las protejan.

Otros países han tenido mucho más éxito en la implementación de sistemas de depósito que dan como resultado tasas de participación muy altas. Varios países europeos, por ejemplo, logran recolectar más del 90% de las botellas de PET para reciclar. Pero en EE. UU., se recolecta menos del 29% y, después de las pérdidas en la cadena de reciclaje, aproximadamente el 24% se recicla realmente. Mientras que el 73% de los estadounidenses tiene acceso al reciclaje desde sus domicilios, actualmente sólo 10 estados tienen sistemas de depósito de botellas en funcionamiento.

 “Existe un mercado para este material”, destaca Olivetti. “Si bien las botellas recogidas mediante la recolección de residuos mixtos aún se pueden reciclar hasta cierto punto, las que se recogen mediante sistemas de depósito tienden a ser mucho más limpias y requieren menos procesamiento, por lo que es más económico reciclarlas para fabricar nuevas botellas o productos textiles”.

“Para que sean eficaces, las políticas no deben centrarse únicamente en aumentar las tasas de reciclaje, sino en todo el ciclo de oferta y demanda y en los diferentes actores involucrados”, añade Olivetti. Sería necesario establecer medidas que protejan las instalaciones de reciclaje existentes de la pérdida de ingresos que sufrirían como resultado de los depósitos de botellas, tal vez en forma de subsidios financiados con tarifas a los productores de botellas, para evitar que estas partes esenciales de la cadena de procesamiento cierren. Además, es posible que se necesiten otras políticas para garantizar la continuidad del mercado para el material que se recolecta, incluidos requisitos de contenido reciclado y regulaciones de responsabilidad extendida del productor.

Es importante centrarse en los flujos de residuos específicos que se pueden reciclar de manera más eficaz, y el PET, junto con muchos metales, encaja claramente en esa categoría. “Cuando empezamos a pensar en flujos de plástico mixtos, es mucho más desafiante desde una perspectiva ambiental. Los sistemas de reciclaje deben perseguir la responsabilidad ampliada de los productores, o pensar específicamente en materiales diseñados de manera más eficaz para el contenido reciclado”.