Los costes inestables de las materias primas y las fluctuaciones de la oferta y la demanda dificultan las inversiones, especialmente en tecnologías emergentes como el reciclaje químico o los plásticos de origen biológico.
COYUNTURA Expertos analizan el presente y futuro del sectorLa volatilidad, principal desafío del mercado del reciclaje plásticoJorge Rodríguez 18 de noviembre de 2024 |
La Asociación Petroquímica Europea (EPCA) celebró el pasado mes de octubre en Berlín la edición 58 de su Conferencia Anual. El reciclaje de polímeros fue uno de los temas que abordaron los asistentes al encuentro, entre los que hubo representantes de compañías como LYONDELLBASELL, BRENNTAG o EVONIK. También participaron expertos y analistas que aportaron en sus intervenciones datos sobre el mercado y prospecciones acerca del futuro del sector.
Las aplicaciones como polímeros flexibles y textiles siguen siendo complicadas de reciclar mecánicamente
Para 2050, se prevé que el reciclaje mecánico de PE en Europa cubrirá un 17% del consumo total de este material, mientras que el de PP alcanzará el 19%, de acuerdo con los datos de oferta y demanda que ofreció Egor Dementev, responsable de análisis de reciclaje de plásticos de ICIS para la región EMEA. En América del Norte y el noreste de Asia, el panorama es similar, con tasas de reciclaje también moderadas.
En cambio, el PET reciclado mecánicamente para uso en botellas muestra una adopción mayor, proyectándose en un 49% en Norteamérica y Europa. Sin embargo, otras resinas tienen menos probabilidades de alcanzar una penetración de mercado significativa debido a barreras tecnológicas. Dementev señaló que las aplicaciones como polímeros flexibles y textiles siguen siendo complicadas de reciclar mecánicamente.
Cuanto más tiempo se almacenen los desechos plásticos sin reprocesarse más se pueden degradar, lo que termina afectando a su precio y mercado final de aplicación.
Las tasas de reciclaje estimadas para 2050 adelantan un incremento en comparación con los niveles de 2023, cuando el PE reciclado mecánicamente representaba un 12% del mercado en América del Norte y Europa, y un 4% en el noreste de Asia. En Europa, se produjo en 2023 una reducción respecto a 2022, debido a que muchas empresas regresaron al uso de materiales vírgenes ante la falta de demanda y la presión económica.
En 2023, se redujeron las tasas de reciclaje mecánico de PE en Europa, debido a la falta de demanda y la presión macroeconómica
Dementev cree que el reciclaje químico se perfila como un complemento necesario al reciclaje mecánico si se quieren cumplir los objetivos de contenido reciclado. El analista indicó que el sector del reciclaje químico, aún en desarrollo, cuenta con unas 130 plantas en funcionamiento o próximas a recibir la aprobación para su construcción, en comparación con las 2.500 plantas dedicadas al reciclaje mecánico. “Aunque su escala es menor, el potencial de crecimiento es significativo”, destacó.
Durante 2023 y 2024, varios proyectos de reciclaje químico sufrieron retrasos, debido a factores como permisos, disponibilidad de materia prima y condiciones macroeconómicas desfavorables.
La capacidad instalada para el procesamiento de residuos plásticos mediante pirólisis, despolimerización química y disolución en Europa en 2024 se sitúa en 150.000 toneladas anuales, o hasta 510.000 toneladas si se consideran las plantas en construcción. Además, la cartera de proyectos en etapa de preaprobación podría añadir 3 millones de toneladas para 2029.
Durante 2023 y 2024, varios proyectos de reciclaje químico sufrieron retrasos debido a factores como permisos, disponibilidad de materia prima, y condiciones macroeconómicas desfavorables. Uno de los motivos que esta retrasando muchas de las decisiones finales de inversión responde principalmente a factores regulatorios y a la complejidad en los procesos de aprobación. Según Dementev, estos desafíos son superables, pero requieren claridad jurídica y soluciones prácticas en la implementación de balances de masa y permisos.
Es habitual que materiales con características prácticamente idénticas se vendan a precios distintos en función del sector
Mark Victory, editor senior de reciclaje en ICIS, cree que los recicladores plásticos enfrentan complicaciones. “Imagínate que vendes un producto sin controlar la cantidad que puedes producir en un momento dado, que además tengas que venderlo pocas semanas después de su producción sin importar cuál sea la demanda y que esa demanda cambie constantemente”, explica Victory en un artículo publicado en Recycling Today.
El analista detalla cómo las empresas de reciclaje y gestión de residuos suelen tener contratos con los municipios para la recogida, por lo que no pueden rechazar el material. Sin embargo, debido a las variaciones en las tendencias de consumo y producción industrial, los distintos países pueden tener suministros muy diferentes en un momento dado. Además, la calidad de los residuos plásticos de entrada (su nivel de contaminación, la resistencia a la tracción, etc.) depende de una gran variedad de factores, incluidos cómo han sido tratados y almacenados antes de ingresar a la cadena, el tipo de aditivos que contienen, con qué otros materiales han entrado en contacto (el contacto con sustancias como el cloruro de polivinilo o PVC causa contaminación), el nivel de decoloración, el olor, etc. Por todo ello, cuanto más tiempo se almacenen los desechos plásticos sin reprocesarlos más se pueden degradar. La mayoría de plantas de reciclaje buscan deshacerse de los fardos en un plazo de cuatro a seis semanas, aunque esto varía entro los distintos mercados.
La capacidad instalada de reciclaje químico en Europa en 2024 se sitúa en 150.000 Tms anuales, o hasta 510.000 Tms con las plantas en construcción.
Otro de los aspectos a los que alude Victory en su análisis se refiere a las distintas procedencias de la materia prima con la que trabajan los recicladores. El suministro de materiales desechados proviene tanto del consumidor final como de la industria, lo que significa que la cantidad y composición de los residuos cambian constantemente según el comportamiento del consumidor y las tendencias de la producción industrial. Además, la presión legislativa y la cada vez mayor concienciación entre los consumidores, que demandan materiales más sostenibles, ha provocado una importante brecha de precios entre los tipos de materiales que cumplen con estas exigencias y los que no alcanzan la calidad requerida.
“Por ejemplo, existe una diferencia de hasta 1.500 euros por Tm entre el grado más caro de pellet de polipropileno reciclado europeo (que es un grado natural posconsumo utilizado predominantemente en bienes domésticos y aplicaciones cosméticas) y el grado más barato (que son pellets negros moldeados por inyección que normalmente se utilizan para aplicaciones no relacionadas con el embalaje)”, precisa Victory. Por otro lado, el experto recuerda que “cada mercado tiene diferentes requisitos técnicos: los embalajes y los productos automotrices suelen tener los requisitos técnicos más estrictos, mientras que las bolsas de basura y los muebles para exteriores son los más bajos. Esto significa que, por lo general, se vende un mayor volumen de material para aplicaciones no relacionadas con el embalaje”.
El material adecuado para cada aplicación varía de manera constante y, tanto la calidad de los residuos como la del producto final reprocesado, dependen directamente de los procesos de reciclaje mecánico y químico de plásticos. Esta dinámica genera un desajuste persistente entre oferta y demanda, una realidad que los nuevos participantes en el mercado suelen subestimar. Este desequilibrio, sumado a la urgencia de descargar material con rapidez, explica por qué los precios de los fardos de poliolefina mixta al 90% han llegado a negociarse a 600 euros/Tm ex fábrica en el noroeste de Europa, mientras que en otros momentos han caído hasta cero euros.
Hay una importante brecha de precios entre reciclados del mismo tipo de polímero, según su calidad
Las fracciones de residuos plásticos suelen producir diversos grados de escamas y pellets según lo que se pueda extraer de los fardos, especialmente en el caso de las poliolefinas recicladas, y tienden a responder a la demanda global en cada región. No obstante, los precios de las escamas y pellets específicos suelen ajustarse a las demandas de mercados de uso final concretos, lo que provoca situaciones en las que, a pesar de que los precios de los fardos sean altos, las escamas y pellets de ciertas calidades obtenidos de esos fardos se cotizan a la baja, reduciendo así los márgenes.
También se da la situación inversa: los precios de los fardos pueden ser bajos, debido a una baja demanda en sectores clave como la construcción, o a una alta disponibilidad de material; mientras que los volúmenes seleccionados para aplicaciones de embalaje son escasos y la demanda en ese sector permanece sólida. Además, se vuelve cada vez más habitual que materiales con características prácticamente idénticas se vendan a precios distintos en función del sector. La cadena se fragmenta aún más, debido a que las escamas y pellets reprocesados pueden almacenarse durante largos periodos, y sus productores no están presionados a venderlos con la misma rapidez que las plantas de reciclaje. Esto da lugar a mercados localizados y fragmentados donde los márgenes y la rentabilidad varían sin cesar. Los costes inestables de las materias primas también dificultan las inversiones, especialmente en tecnologías emergentes como el reciclaje químico y los plásticos de origen biológico. Los nuevos productores que buscan capital privado deben proyectar los costes futuros, generalmente a cinco años vista, con los residuos como su principal coste variable, y la volatilidad de sus precios convierte esta tarea en un desafío enorme.