En la actualidad, no existen métodos para reciclar los residuos de artículos plásticos de un solo uso que se utilizan en el sector sanitario.
MEDICINA Y SALUD
Jorge Rodríguez
18 de septiembre de 2024
Los artículos plásticos sanitarios de un solo uso como los guantes, bolsas para suero, sangre y medicamentos o diverso material quirúrgico; se han convertido en un problema medioambiental cada vez mayor en todo el mundo. Su uso ha aumentado considerablemente en los últimos años y, en la actualidad, no existen métodos para reciclar estos residuos médicos de plástico.
La pandemia de COVID ha contribuido a un aumento vertiginoso del uso de artículos plásticos sanitarios desechables
Investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers (Suecia) han demostrado que es posible reciclar estos desechos de forma segura y eficiente, utilizando una técnica en la que el material se calienta y se convierte en componentes químicos básicos que, a continuación, se pueden utilizar en la producción de nuevo plástico. Los artículos sanitarios desechables generan enormes cantidades de residuos. En el mejor de los casos, estos desechos se incineran, pero en muchos países acaban en vertederos, pudiendo también acabar en el medio ambiente. La pandemia de COVID ha contribuido a un aumento vertiginoso del uso de artículos desechables. Se estima que, en todo el mundo, sólo las mascarillas usadas pesaron alrededor de 2.641 Tms. al día en 2022.
Al considerarse contaminados después de su uso, estos residuos deben manipularse de forma que se eviten los riesgos de propagación de posibles infecciones.
Estos objetos suelen estar compuestos por varios tipos de plástico y la tecnología actual no logra reciclarlos de forma eficiente. Además, al considerarse contaminados después de su uso, deben manipularse de forma que se eviten los riesgos de propagación de posibles infecciones. En lo que respecta a la producción de artículos sanitarios de un solo uso, tampoco es posible utilizar plástico reciclado, ya que los requisitos de pureza y calidad son muy elevados para los materiales destinados a uso médico.
Todos estos problemas parecen haber encontrado una potencial solución en el nuevo método desarrollado por los investigadores de Chalmers. La tecnología se llama "reciclado termoquímico" y se basa en un proceso llamado "craqueo por vapor". Este proceso descompone los residuos mezclándolos con arena a temperaturas de hasta 800 °C. Las moléculas de plástico se descomponen y se convierten en un gas que contiene los componentes básicos para el nuevo plástico.
La nueva tecnología se llama reciclado termoquímico y se basa en un proceso llamado craqueo por vapor
"Se puede comparar con un martillo térmico que destroza las moléculas y, al mismo tiempo, destruye las bacterias y otros microorganismos", explica Martin Seemann, profesor asociado de la División de Tecnología Energética de Chalmers. "Lo que queda son diferentes tipos de compuestos de carbono e hidrocarburos que pueden separarse y utilizarse en la industria petroquímica para sustituir los materiales fósiles que se utilizan actualmente en la producción".
No es posible utilizar plástico reciclado en la fabricación de estos productos, ya que los requisitos de pureza y calidad de los materiales destinados a uso médico son muy elevados.
Para probar la tecnología en condiciones de la vida real, los investigadores han llevado a cabo dos proyectos diferentes en paralelo en una instalación de prueba en Chalmers Power Central. En el primer proyecto, sometieron al proceso varios tipos de productos diferentes. En el segundo, se creó una mezcla que representa la composición media de los residuos hospitalarios de los hospitales de la región. La mezcla contenía unos diez materiales plásticos diferentes, además de celulosa.
Para probar la tecnología en condiciones de la vida real, los investigadores han llevado a cabo dos proyectos diferentes en paralelo en una instalación de prueba en Chalmers Power Central. En el primer proyecto, sometieron al proceso varios tipos de productos diferentes. En el segundo, se creó una mezcla que representa la composición media de los residuos hospitalarios de los hospitales de la región. La mezcla contenía unos diez materiales plásticos diferentes, además de celulosa.
La recuperación de carbono fue del 79% para las mascarillas, el 82 % para las jeringas, el 38% para los guantes y el 76% para las batas no tejidas
Se sometieron mascarillas faciales, jeringas de plástico, batas no tejidas y guantes de nitrilo a diferentes temperaturas (700 °C, 750 °C y 800 °C) en un reactor a escala de laboratorio. Tras hacerlo, una parte significativa del carbono en la materia prima podría recuperarse de manera efectiva como bloques de construcción químicos valiosos (es decir, olefinas, etano y especies BTXS), lo que permite su aplicación directa en la industria química y reduce la dependencia de los recursos fósiles. A 700 °C, los porcentajes de recuperación de carbono fueron aproximadamente del 79% para las mascarillas faciales, el 82 % para las jeringas de plástico, el 38% para los guantes de nitrilo y el 76% para las batas no tejidas.
Este nuevo método para reciclar residuos médicos de un solo uso demuestra el potencial de circularidad del plástico para la sostenibilidad de la atención sanitaria.
Las temperaturas más altas llevaron a una recuperación reducida debido a reacciones de craqueo secundario. En general, este estudio destaca el potencial de circularidad de los residuos médicos de un solo uso que contribuyen a la gestión sostenible de los residuos en la atención sanitaria.
Los resultados han sido muy positivos en ambos proyectos, lo que demuestra el gran potencial que existe en esta tecnología. Uno de los proyectos fue liderado por Judith González-Arias, ahora en la Universidad de Sevilla. "Lo que hace que esta tecnología sea tan interesante es su capacidad para abordar los desafíos ambientales que asociamos con los productos médicos desechables. El reciclaje termoquímico no sólo aborda el problema de que los desechos médicos no se reciclan hoy en día, sino que también facilita la recuperación de valiosos átomos de carbono. Esto está en plena línea con los principios de la economía circular y proporciona una solución sostenible al problema urgente de la gestión de los desechos médicos", afirma González-Arias.